jueves, 3 de abril de 2014

Ya estoy aquí

Acabo de llegar de Barcelona. Ayer, cuando llegué al aeropuerto, después de un interminable paseo en autobús por las pistas, (que si no llego a ver los aviones hubiera pensado que el conductor se había equivocado y se había metido en la Diagonal; pero no, no había atasco) llegué a la Terminal y me puse a buscar a Sara. Entre la multitud divisé un brazo en alto sosteniendo una botella de Cacique y sí, eran Sara y Víctor con mi distintivo, jejeje para que no me perdiera. Yo estaba de lo más feliz viéndoles de nuevo, porque ya hacía tiempo.
Fuimos directamente a cenar al restaurante del que os hablé y se sigue comiendo muy bien, pero no sé si yo lo tenía un poco idealizado porque ni la comida me pareció tan estupenda y al dueño yo lo recordaba mucho más guapo, pero todo estuvo genial. Después fuimos a casa de Sara para estrenar la botella y seguimos de charla y copas hasta las 2,30 o 3. Por cierto, probé un licor de mandrágora, que es lo que toman las brujas para salir a volar, pero me había dejado la escoba en Madrid así que no pudimos salir a dar una vuelta.
Hoy hemos estado trabajando un poco, jejeje, y luego hemos ido a comer con unos compañeros. Después de una comida muy agradable nos hemos ido al aeropuerto y acabo de llegar a casita. Estoy muy cansada.
Y ahora a darme una vuelta y ponerme al día, que os he echado de menos.